Una derrota merecida (2-1)

Deportivo de La Coruña-Granada CF | Crónica

Un absurdo penalti de Álex Martínez marca el choque de los rojiblancos en Riazor donde cosechan su primera derrota de la temporada.

Los de Martínez ocupan la cuarta plaza.

Tensión en un lance del partido.
Tensión en un lance del partido. / Alexandre Varela
Enrique López

24 de septiembre 2018 - 23:58

la coruña/Tenía que llegar y llegó. Tras cinco jornadas invicto y tres victorias consecutivas, el Granada CF cayó ayer de forma justa en Riazor ante el Deportivo en el peor partido de los rojiblancos en la presente temporada. Un choque demasiado plano de los de Diego Martínez en ataque, que reaccionaron tarde ante un rival mucho más intenso, que buscó constantemente el área de Rui Silva. Todo lo contrario que los visitantes, muy espesos en la parcela ofensiva.

No fue, sin duda, el mejor primer acto de los rojiblancos en lo que llevamos de campaña. A merced de su rival en todo momento, fueron muchas las acciones en las que los locales merodearon el área de Rui Silva, que se tuvo que emplear a fondo en un par de ocasiones y que vio cómo un disparo de Quique González dio en el palo en, posiblemente, la jugada más elaborada de los gallegos en todo el primer tiempo (22’) .

La posesión fue del Deportivo, pero los rojiblancos casi nunca se descompusieron a nivel defensivo. Con el balón en los pies, la cosa fue muy distinta. Les costó mucho superar la primera línea de presión blanquiazul y, por tanto, pisar campo contrario. De hecho, Dani Giménez fue un espectador más durante casi una hora ante un Granada CF que apenas asustó en todo el encuentro y cuyas transiciones, por momentos, fueron demasiado lentas.

El único capaz de generar algo de peligro fue Álvaro Vadillo, porque en la habitual movilidad con Antonio Puertas y Fede Vico, ambos no se encontraron cómodos. En especial el cordobés, al que apenas se le vio y que tuvo que bajar en exceso a recibir de espaldas ante la buena presión rival. Con San Emeterio multiplicándose en el eje del centro del campo, fue Montoro el único que dio algo de luz al juego de los de Diego Martínez, pero no lo suficiente para asustar a su rival que vivió plácidamente atrás.

Y es que el triángulo formado por Mosquera, Vicente y Didier Moreno generó muchos problemas a la medular visitante, al que ayudó y mucho Carles Gil, que apareció por todas partes llegando además al área de Rui Silva.

Pareció que el panorama cambió algo en los primeros diez minutos tras el receso. Aunque fue el Dépor el que gozó de los primeros acercamientos de la mano de un Gil omnipresente. Pero poco a poco los rojiblancos se fueron soltando, dieron un pase adelante y parecieron querer someter su rival y que no viviera tan cómodo. Una falta botada por Vadillo, un remate muy flojo de Ramos y en centro de Vico que no encontró rematador fueron las opciones más ‘claras’. Pero fue un espejismo, pues aunque el choque tendió a ser más igualado, el peligro que llegaba de uno y otro equipo no era el mismo.

Sin embargo, el choque quedó desnivelado en un error individual que marcó la última media hora de juego. Un horroroso control de Álex Martínez en el área tras cesión de Vadillo provocó que David Simón se adelantara al sevillano, que en su intentó por despejar cuando ya no lo tenía que hacerlo se llevó por delante al lateral canario del Deportivo. Penalti claro que Quique González no desaprovechó y que llevó, por primera vez en la campaña, al Granada CF a ir por debajo en el marcador. Un escenario nuevo para los de Diego Martínez que no supieron gestionar pues diez minutos después, de nuevo Quique, se inventó un remate de mucha calidad a la media vuelta tras centro de Expósito.

Con 2-0 y el partido prácticamente sentenciado, los rojiblancos se volcaron sobre el área de Dani Giménez pero con un fútbol demasiado directo. Un estilo nada acorde teniendo en cuenta los hombres que habían entrado al campo de refresco como Pozo o Juancho. Pese a ello, una dura entrada sobre el extremo sevillano fue aprovechada con mucha calidad por Montoro, que envió el esférico al fondo de las mallas justo en el minuto 90.

Con Germán como ‘9’, el Dépor no perdió los nervios, entre otras cosas porque su rival tampoco le puso en demasiados apuros como durante el resto del encuentro. Se perdió ante un muy buen equipo pero las sensaciones no fueron buenas sobre todo en ataque. Errores individuales al margen. Habrá que mejorar, como bien indica el técnico. Pero mejor ahora que cuando ya no haya tiempo de reaccionar.

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